Es una región de Cáceres que linda con las provincias de Ávila y Salamanca. Un precioso valle fluvial que se encuentra encajonado por dos grandes macizos de granito y gneiss de la Sierra de Gredos. Un lugar con mucha historia y una vida rural que aún perdura encaramada en las laderas, los pueblos y las gargantas que bajan de Gredos.
Mientras muchos pueblos vieron difícil sobrevivir en las zonas más agrestes, altas y frias de estas montañas, el Jerte, o Xerte para los árabes, siempre ha sido un lugar idóneo para las sociedades humanas. Agua en abundancia, zonas llanas y de laderas, cumbres relativamente bajas… ideal para adaptarlo a una vida rural rica y diversa que se ha ido manteniendo a lo largo de las generaciones. Aún quedan retazos de los antiguos pobladores: arquitectura particular, secaderos, transhumancia, aterrazamientos para los cultivos, acequías… Sin olvidarnos del increíble espectáculo de los cerezos que desde hace varias décadas pueblan gran parte de las áreas cultivables.
Y junto a toda esta vivencia humana se entremezcla la naturaleza menos transformada del Paraje Natural Garganta de los Infiernos y otros rincones menos accesibles del Valle. Prados de cumbres, puertos con increíbles vistas, antigüos castañares, robledales, bosques de ribera llenos de sauces, fresnos, alisos…Un sinfín de bichejos, algunos muy raros como el escarabajo ciervo volador (el insecto más grande de Europa), algunos de los anfibios que pueblan las charcas o el eslizón tridáctilo. Entre los mamíferos también encontramos desmán, gatos monteses y ginetas. Y como no, varias plantas endémicas de montaña y preciosas orquídeas también forman parte de la vida de este diverso espacio natural.