En las tierras del interior de la provincia de Cádiz, adentrándose mínimamente en la de Málaga y casi alcanzando las costas del Sur, se hallan Los Alcornocales. Un espacio protegido con más de 165 mil ha, uno de los mayores del país. Estas serranías, pertenecientes también a las Sierras Subbéticas, estan compuestas por areniscas, calizas y tierras arcillosas que se entremezclan a lo largo de sus suaves cimas y frondosos valles. Desde picos como el Picacho y el Aljibe podemos disfrutar de increíbles vistas que no nos dejarán indiferentes, desde el mar de alcornoques hasta África, pasando por la Sierra de Grazalema, la Sierra de las Nieves y el Estrecho de Gibraltar.

El ser humano colonizó pronto estas tierras, como bien atestiguan la inmensidad de pinturas rupestres que pueblan las lajas de estas serranías. Los poblamientos íberos, fenicios posteriormente romanos fueron sucediéndose en la zona. Aunque como ocurre en gran parte de los rincones aislados de Andalucía, los que realmente ocuparon, transformaron y generaron economía y cultura en estas tierras fueron los árabes. Nos queda su rica gastronomía, donde la caza y la recolección de frutos y setas son de vital importancia; la arquitectura de sus pueblos blancos y sus campos con molinos, cortijos, fortalezas repartidas por los cerros… Sin olvidarnos del descorche, el carboneo, la guarnicionería y tantos otros oficios tradicionales que deseamos se sigan manteniendo.

Se trata de otra joya natural de nuestra geografía compuesta por más de 1300 especies de plantas gracias a su privilegiada posición junto al Estrecho de Gibraltar. Su régimen de lluvias, las intensas nieblas que se forman por las cercanías de dos inmensas masas de agua, así como sus laderas y barrancos, permiten la conservación de especies que han desaparecido del resto de Europa. A estos impresionantes bosques de ribera que nos recuerdan a zonas subtropicales, aquí se les llaman “canutos”, por la galería que forman los arroyos. Esas mismas condiciones lo convierten en el lugar ideal para el bosque que le da nombre, por lo que, en este Parque podemos encontrar la mayor extensión de alcornoques del Mundo. Su excepcional situación también lo convierte en un lugar de paso frecuente de aves migratorias, por lo que es fácil ver gran cantidad de aves principalmente en Otoño y Primavera. El corzo morisco, las nutrias, los meloncillos, el gato montés, la araña negra y algunas libélulas en peligro de extinción son su fauna más emblemática.