La Costa de Cádiz se extiende desde la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda hasta la Costa del Sol malagueña. Se baña en el Oceáno Atlántico hasta encontrarse con el Mar Mediterráneo, recibiendo la influencia de diferentes vientos que han ido moldeando su orografía. Dentro de su extensión encontramos cuatro Parques Naturales: P.N. Doñana, P.N. Bahía de Cádiz, P.N de la Breña y Marismas del Barbate y P.N. del Estrecho. Y los Monumentos Naturales: Duna de Bolonia y Punta del Boquerón. Juntos suman casi 50.000 ha. de espacio protegido. A lo largo de sus 260 Km de costa podemos admirar una biodiversidad extraordinaria, que da lugar a ricos y diferentes paisajes, íntimamente ligados con su influencia marítima.

Su naturaleza ha sabido adaptarse a un entorno salino y dinámico, bien por la movilidad de las dunas, bien por los ciclos mareales, que inundan las marismas y riegan los caños, generando ricos ecosistemas. La vegetación propia de cada espacio está representada por el barrón en las dunas, los almajos y salados en las marismas y caños, y los pinos piñoneros y enebros en pinares y acantilados. La fuerza del viento, hace que a lo largo de la Costa de Cádiz también podamos disfrutar de playas paradisíacas de arena fina y blanca, a veces custodiadas o interrumpidas por acantilados, ofreciéndonos unas vistas privilegiadas del oceáno, y en algunos puntos, del continente africano. Su posición, en el paso entre Doñana y el Estrecho la convierte en un lugar idóneo de descanso para las aves en sus migraciones. Además sus humedales proporcionan un lugar fantástico para la proliferación de aves limícolas como ostreros, correlimos, agujas colipintas o chorlitejos patinegros., además de charrancitos, cigüeñuelas, avocetas y en periodos estacionales podemos admirar los elegantes flamencos. También podemos encontrar algunos más marineros como alcatraces, cormoranes y gaviotas. Entre las rapaces se pueden avistar águilas pescadoras, lechuzas, halcones peregrinos o cernícalos vulgares.


Su proximidad a África y su privilegiada posición estratégica respecto al Mar Mediterráneo, y más tarde respecto a América, han hecho que las huellas del hombre sobre estas tierras se remonten más de 3000 años atrás. Fenicios, Romanos o Musulmanes, entre otros, encontraron gran valor sobre esta costa, su inclusión en las principales rutas comerciales nos ha hecho herederos de un rico legado cultural, no ya sólo por la belleza de sus construcciones, de la que aún se conservan restos y que han influido de forma decisiva en la fisonomía actual de nuestras ciudades, sino sobre todo por la influencia sobre el modo de vida, que determina la relación del hombre con su entorno. A lo largo de toda la costa encontramos testimonios humanos de épocas pasadas como baluartes, torres almenara, fortalezas…y algunas más recientes que nos recuerdan actividades perdidas o en riesgo de continuidad como las factorías de salazón, las salinas, los navazos, los corrales, los esteros…que evidencian un rico saber hacer fruto de larga experiencia. La Costa de Cádiz es una ventana al mar, un balcón con vistas a África y una puerta a América, cruce de caminos que comunica el Mundo. ¡Un lugar dónde recibir un soplo del viento embriagador que invita a la aventura, que te ata hasta la locura…tienes que conocerla!.